La Computación. Por Miguel Martínez Fernández
Ya hemos mencionado que a través de la teoría meta compleja del pensamiento biológico, que podemos entender a la totalidad manifestada de una de las tres siguientes formas e incluso por medio de las tres interconectadas.
Éstas tres formas de manifestación o de paradigmas, los hemos denominado: Ecopensamiento, Neuropensamiento y Ciberpensamiento.
El ecopensamiento nos invita a percibir a todo lo creado y lo no creado como un ser vivo que busca autoconocerse a sí mismo.
El neuropensamiento, nos presenta una dimensión similar que nos presenta a una gran mente que también busca autoconocerse a sí misma.
Y por último tenemos a una gran computadora, que a través de un programa de inteligencia artificial, busca no sólo autoconocerse sino autoprogramarse.
Hoy desarrollaremos una reflexión sobre éste último tipo de pensamiento, el Ciberpensamiento.
Iniciaremos por decir que el ser humano se encuentra preso en una red de experiencias recurrentes que lo convierten en un autómata y que lo inducen al no pensar su día a día.
En este caso la programación que traemos de vida en vida y que se nos invita a superar. En términos computacionales, diríamos a actualizar, se ha vuelto obsoleta y no nos hemos percatado de ella.
Creemos falsamente que el estar a la moda tecnológica, nos libra de la trampa envolvente de la matrix y no es así.
Si bien desde la mirada del ecoparadigma podemos vernos a nosotros mismos, como los órganos de un sistema o tejido de un mega organismo.
Cómo parte de una gran mente seríamos sus pensamientos, como parte de una computadora seríamos sus algoritmos.
Este organismo al ser atacado por parásitos, se hace vulnerable y se enferma.
La gran mente al ser atacado por pensamientos y emociones negativas también se enferma.
Y por último la gran computadora, al ser atacado por interferencias, códigos encriptados maliciosos o virus informáticos, también se enferma, y requiere de atención.
La consciencia humana es infinita, pero los parásitos, pensamientos, y emociones negativas, o los códigos maliciosos, interferencias o virus informáticos, impiden el libre flujo de la consciencia, y nos transmiten la falsa sensación de separación.
Los seres humanos que han iniciado su viaje interno de desprogramación, van cambiando progresivamente sus percepciones y sus dinámicas de vida también son afectadas a pesar de su entorno que por lo general no los entiende.
En la medida en que el ser consciente que busca la reconexión con la totalidad, se acerca a dicho contacto, los esfuerzos de las instancias opositoras se hacen cada vez más fuertes, hasta que los ataques ya no les afectan.
El único camino de retorno a su programación original, consiste en recobrar su conexión con el código fuente.
El código fuente es en realidad bls única salida de esta ilusión que llamamos vida.
El retorno a casa puede ser leído como el fin de esta etapa o como el comienzo de la verdadera vida universal.
Ésta experiencia puede ser interpretada también como un vídeo juego, que busca rehabilitarnos, luego de un largo estado de letargo.
Este videojuego, tiene sus reglas, sus niveles y su ritmo. Aún cuando por ejemplo cumplamos con todos los requisitos, no podemos ir más rápido de lo pautado.
Sin embargo este videojuego es también un juego de ajedrez cósmico a través del cuál nosotros somos piezas que son movidas a juicio del poder supremo que irónicamente somos nosotros mismos, en niveles de consciencia superiores.
Así pues el ser que busca ser reprogramado, busca reconectarse consigo mismo, para así poder entenderse mejor.
El juego de comprensión es bidireccional porque el ser superior busca entender la incompletud, la confusión, el caos y la imperfección y el ser en ascenso busca la perfección, el orden, la paz y la armonía a través del amor universal.

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